Marco Pinotti: la filosofía antidopaje y la revolución desde dentro

Marco Pinotti ha querido ser protagonista en su última competición en la élite y ha protagonizado la escapada del día en la última etapa del Tour de Beijing, junto con otro gran veterano que se despide, Juan Antonio Flecha. A los 37 años y después de 15 temporadas, el corredor del BMC Racing Team ha decidido poner el punto y final.

“Mi objetivo era estar en la escapada”, confirmó Pinotti. “Flecha me dijo que no quería estar en la escapada esta mañana, pero cuando lo vi en ella, fui hacia él. Nos divertimos mucho juntos”. El italiano disputará el domingo la Crono de las Naciones antes de unirse a la División de Ciencia Deportiva de su actual equipo. “Echaremos de menos a Marco, eso es seguro”, confirmó el director deportivo Max Sciandri. “Quería entrar en la fuga y lo hizo y consiguió el premio al corredor más combativo. Esa fue una buena recompensa para él final de su carrera”.

Por encima de todo, queda una trayectoria ejemplar que reflejó el año pasado en su libro “The Cycling Professor”, en la que repasaba su vida ciclista y en la que dejaba muy clara su filosofía profesional antidopaje y su forma de afrontar el ciclismo. Este era uno de sus pasajes:

“El dopaje debe ser visto como algo malo, no por miedo de los controles, sino simplemente porque no está bien hacerlo porque persigue un fin con los medios equivocados y te deja con las manos vacías. ¿O es que alguien cree realmente que ganar haciendo trampas nos hace verdaderamente felices? ¿y estamos realmente seguros de que vale la pena? Más allá de los posibles efectos sobre la salud física, quizás más importante, ¿vamos a hablar de las heridas del alma? ¿O cuál es el mensaje que transmitimos a las generaciones futuras? Es como esconder residuos tóxicos en tu propio jardín de la esperanza, mediante su enterramiento, para resolver el problema.

En los últimos años he aprendido que a veces a tomar el camino menos transitado es una buena opción, si se respetan sus valores personales. Hay algunos principios y leyes naturales que trascienden los valores personales, diferentes culturas y religiones: es realmente un sentido de la justicia, la honestidad, el respeto, que es superior a todas las opiniones. La felicidad no es un resultado, sino un proceso. No tenemos control total sobre el resultado. Y la felicidad no depende de lo que somos y lo que tenemos.

Lo que he aprendido es que siempre tenemos una opción y que siempre hay alternativas. De esta disponibilidad de opciones viene la revolución dentro de nosotros. No hay necesidad de esperar a las soluciones a los problemas desde arriba, si no cambiamos nuestro comportamiento y nuestras creencias desde dentro. Por encima de todo, me he dado cuenta de que todas las cosas que he aprendido se deben poner en práctica. Saber y no hacer es no saber.

Por mi parte, puedo decir que en mi pequeño camino que he hecho, hago y haré, todo lo posible para mejorar la relación con el deporte y las personas que lo siguen. En mi profesión, me he sentido mucho más involucrado y motivado por la práctica de este deporte más que sus resultados competitivos. Por supuesto que estoy interesado en los resultados, y siempre me gustaría ir rápido y tratar de ganar, pero creo que hay otros aspectos de mi trabajo mucho más estimulantes y desafiantes: el tipo de preparación, las sensaciones físicas, las oportunidades que este trabajo me da para visitar muchos lugares diferentes en el mundo, o simplemente el placer de estar al aire libre. Creo, y espero, que hay muchos corredores que piensan como yo”.

En su palmarés, quedan seis Campeonatos de Italia contrarreloj, el último este año; dos etapas en el Giro de Italia, dos triunfos más en la Vuelta al País Vasco y una victoria en el Tour de Romandía; ha disputado ocho Giros de Italia (fue noveno) en 2010, pero solo tres Tours de Francia, el último en 2002, y una Vuelta a España; fue quinto en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y tres veces top 10 en el Campeonato del mundo contrarreloj. Su trayectoria empezó como stagiare en el Polti en 1998, con Leblanc o Gotti, y que siguió en Lampre-Merida (1999-2004), Saunier Duval (2005-2006), desembarcó en el T-Mobile en 2007 y continuó en la estructura bajo sus distintas denominaciones, Columbia y HTC, y las dos últimas temporadas las ha disputado en el BMC.